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"Inteligencia corporal" de Guy Claxton

Updated: May 9, 2022

Este es un LIBRAZO que no puedo dejar de recomendar. Encontré que es una obra muy rica sin ser ni tediosa ni demasiado técnica. Claxton es un simpático señor inglés que se ha dedicado a las Ciencias del Aprendizaje, y que se interesa particularmente por la educación, la creatividad y la mente. Sin duda en este libro consiguió hacer un recorrido bien interesante en el que termina expone lo que promete el título: por qué nuestra tu mente necesita el cuerpo mucho más de lo que piensa.


[El resumen que suelo hacer implica rescatar los conceptos vivos que quedan en mí luego de terminar de leer. Es una estrategia de lectura particular (¡que les invito a que prueben!), en la que se considera que lo más importante de cualquier texto es lo que resonó con suficiente fuerza en mí como para permanecer en mi memoria (o en mis banderitas).]



Algunos conceptos ✨


Surgimos del cuerpo del mismo modo que la necesidad de un cerebro surge del cuerpo. El cerebro es un órgano que según explica el autor, apareció para poder funcionar como un chat donde se comunican todos nuestros sistemas. Usualmente se entiende al cerebro como la torre de control del cuerpo, el punto desde el que salen todas las órdenes para ser ejecutadas. Sin embargo, esta imagen ignora que el 80% de la información total de nuestro cuerpo vaya del cuerpo al cerebro, y que sólo el 20% vaya del cerebro al cuerpo. Este órgano, entonces, apareció para ayudar a coordinar los numerosos sistemas que estaban presentes en cuerpos cada vez más complejos.


El cerebro nos ayuda a decidir qué alternativa es mejor tomar ahora mismo. En un mundo lleno de alternativas para satisfacer nuestras numerosas necesidades, el cerebro es una estructura indispensable. Gracias a él podemos integrar la realidad de nuestro contexto, nuestras necesidades y nuestras capacidades para cumplir lo que requerimos sin dejar de tomar en cuenta mi capacidad de acción en ese preciso contexto. Para este punto, salta a la vista la capacidad que tiene el cerebro de "predecir" lo que ocurrirá después, tomando como referencia lo que ha ocurrido en el pasado. De esta misma forma, por cierto, el cerebro hace lo que llamamos integración sensorial.


La mayoría de nuestros procesos corporales nunca desembocan en nuestra conciencia. Lo que no quiere decir que dichos procesos sean inconscientes. De hecho, el autor argumenta que en su campo de estudio se erradicó la idea de inconsciente hace tiempo. El inconsciente, dice, funcionó como una metáfora para dar a entender justamente que hay procesos que no alcanzan a verse como conscientes o voluntarios. Pero hoy sabemos que ningún proceso corporal proviene de una fuente de impulsos independientes a la conciencia. Todo impulso tiene un sentido porque parte de una fuente material que siente y acciona.


La inteligencia que requiere moverse no está en el cerebro. Un grupo de investigadores suizos que se dedican al estudio de la inteligencia artificial descubrieron que podían hacer que un robot moviera "inteligentemente" sus patas, sin un cerebro. Lo lograron al calcular de manera precisa la mecánica que haría posible el movimiento: combinando pesos, resistencias y resortes (músculos). Es interesante como se revela que parte de la inteligencia que se creía cerebral es una inteligencia corporal que se apoya materialmente en el diseño de nuestro organismo.


El cuerpo y el cerebro se comunican. Utilizan mensajes cifrados que son físicos, eléctricos y químicos. Los eléctricos viajan a través de nuestras fibras nerviosas. Los químicos a través de la sangre. Los físicos a través de todo el cuerpo gracias al movimiento. Además, en la comunicación, el cerebro utilizan mapas sensoriales y motores para ubicarse en el cuerpo. Estos dos tipos de mapa, aunque están guardados en diferentes partes del cerebro son como dos caras de la misma moneda: sentir y hacer.


Las emociones y la imaginación están a medio camino entre mente y cuerpo. Las emociones son muy importantes en nuestra inteligencia ya que gracias a ellas el mundo se presenta como significativo. Nuestras experiencias sería diferentes si carecieran de esta información que es una respuesta inteligente a los eventos, dejándonos saber si requieren de mi atención, o no, si son relevantes para mí o no. Tanto la emoción como la imaginación participan en lo que se puede hacer ante un evento dado, es muy común que imaginemos (incluidas las sensaciones corporales) cómo podría desenvolverse cualquier acción que llevemos a cabo. Una profunda comunicación entre nuestro cuerpo y nuestra mente se deja ver a través de emociones e imágenes.


La cognición no es sólo como la fase final de un proceso de toma de decisiones. El autor explica que la inteligencia es inseparable de lo que él llama cognición encarnada, y que ella supone todo el proceso que se activa para decidir. Partiendo desde la información que en forma de agitación (sentir) aportan todos los sistemas del cuerpo al cerebro, ayudando a determinar qué oportunidades de acción (hacer) parecen accesibles en ese preciso contexto. Pasando por la decisión provisional de activar un modo emocional adecuado al contexto, recuperando conocimiento de las experiencias previas para tomar esa decisión. Y finalmente, accionando y aguardando los resultados de la acción para hacerlo todo de nuevo. Merece el nombre de inteligencia el proceso como un todo.


La inteligencia no es producto de la conciencia. No somos inteligentes porque tenemos una consciencia sino al revés: tenemos una consciencia porque nuestra inteligencia encarnada la requiere.


El límite del cuerpo no es la piel. Nuestra piel no es una barrera sino el punto en el que nos unimos al mundo. Hay una esfera que rodea mi cuerpo y que sentimos como una extensión de nuestra. Algo que las danza/movimiento terapeutas conocemos como kinesfera y que otras disciplinas llaman "espacio peripersonal". Cuando utilizamos instrumentos como bolígrafos o sombreros, los integramos a nuestro esquema corporal y los sentimos como si mi cuerpo se ampliara. Y además, mi cuerpo se comunica con otros cuerpos para entender qué hacen y qué sienten; todo esto sin necesitar tocarlos, sino resonando con sus gestos y percepciones.


En la inteligencia corporal (o encarnada) el puesto de honor lo ocupa la sensibilidad. La racionalidad es una herramienta importantísima pero no puede ser utilizada para todo. Lo primero, dice el autor, es el sentido común y la sensibilidad.


Y por último, una cita que saco del libro y que se le asigna a E.E. Cummings:


"Cuando piensas, o crees,

o sabes, eres otra mucha gente; pero en el momento en que

sientes, no eres nadie-más-que-tú..."



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Si algo de aquí te gustó, me encantaría saberlo. ¡Gracias por leer y gracias por sus comentarios!

2 comentários


Mavi de la Ribera
Mavi de la Ribera
20 de jul. de 2021

Gracias Ana! me encantaron estas ideas y tu síntesis. Sos una genia. besos

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Ana Mata
Ana Mata
20 de jul. de 2021
Respondendo a

¡Gracias por leer, Maviii! Qué bueno que te gustó y gracias por el mensajito. Besos.

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Heart

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